¿Quién no ha querido safarse de una persona que no le gusta y la ha fregado para no romperle el corazón?
A mi mejor
amiga le pasó, y estoy segura que a alguno o alguna de ustedes también. No se
hagan, a todas alguna vez nos han perseguido hasta morir, o nos han invitado a
salir el chico más palta de la clase y tú no has sabido cómo reaccionar.
El roche
La carrera que Pepa, así la
llamaremos por ahora, escogió para seguir en la universidad no tiene
precisamente mucha fama de albergar a los guapos de la ciudad; más bien, se
diría que la mayoría de quienes la conforman son mujeres. De cualquier manera,
unos cuantos siempre se salvan. Pepa ya había fichado desde inicio de ciclo al
único con una personalidad "aceptable" - según sus palabras - como para
iniciar una conversación y no morir en el intento. Pero, come on, el pobre nene
ni siquiera le atraía físicamente, toda la coquetería y gileos eran parte de un
simple juego para probar un punto. Y la desgraciada, invadida por su capricho y
sus ánimos de diversión, lo estaba logrando. Un día común y corriente,
estábamos saliendo de nuestra clase favorita, ¡¡¡¡historia!!!!!!
#NóteseElSarcasmo cuando el chico en cuestión apareció justo detrás de
nosotras.
Sin más, de pronto se mandó con todo
e invitó a salir "el viernes en la noche" a Pepa. Al instante pude
notar la expresión satírica en la cara de mi amiga que, sin pensarlo dos veces,
respondió que tenía un compromiso importantísimo: la misa de su DIFUNTO
HERMANO. Valga la aclaración, Pepa es hija única, siempre lo fue y siempre lo
será. Yo, naturalmente, entré en pánico y quizás mis ojos hayan hablado de más,
porque el chico salió volando despavorido. Automáticamente le lancé a Pepa una
mirada asesinante a lo que ella respondió que le daba "un toque de pena"
decirle que simplemente no, pero claro, NO SE LE PUDO OCURRIR UNA RESPUESTA
MENOS SÁDICA.
Para resumir el roche, como ya se
esperaba que sucediera, llegó el viernes en la noche y mi querida Pepita salió
por las calles limeñas a hacer de las suyas. Para su triste y mala suerte, no
contaba con que nuestro sujeto protagonista estaría en, exactamente, el mismo
sitio que ella, viéndola bailotear y tomar con sus desenfrenadas amistades (que
no me incluyen). Pepa sintió como una helada mano tocaba su hombro, y cuando se
dio vuelta, pudo ver los ojos de perro mojado que el pobre chico, víctima de
sus mentiras, tenía como expresión. Pepa salió corriendo, muerta de roche y
jurando que nunca más iba a meter semejante floro solo para chotear al chico
palta de la clase.
No vuelvas a paltear
Así que ya sabes, amistad, la próxima
vez que alguien fuera de tu alcance te invite a salir y quieras rechazarlo
sutilmente, párate bien derechita, ármate de valor y dile con todas sus letras
que simplemente no estás interesada. Eso, o invéntate una excusa más creíble,
que encima de meterle el floro más rochoso de la vida, vas a quedar como una
mentirosaza. Y eso es bieeeeeeeeeen palta.
- Mapi
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