Me encantaría
haberme quedado sin episodios de vergüenza en público como el anterior de mi época de colegio,
pero son como los memes de gatitos, siempre hay más por conocer. En fin,
recuerdan la etapa previa a estar con su pareja ¿no? ¿Todo era hermoso y solo
te preguntabas cuándo iba a pasar? Esto
me pasó a mí… y fue paltaza.
El roche
Era ese momento
del año en que todos los colegios organizaban las kermesses. Donde todos veían
un lugar para pasarlo genial entre amigos o echarse miradas de deseo
adolescente, yo vi mi oportunidad de pedirle a Francesca para estar. Spoiler
alert! No lo hice, al menos ese día.
¿Cuál fue el
problema? Bueno, piensen en esos puestos de comida que preparan los salones:
postres de chocolate, chocotejas, alfajores, lo que sea… Yo solo quería comer
algo con ella, que nos fuésemos a una esquinita junto a la cancha de fútbol
para conversar en privado y quizás concretar un beso que los dos recordaríamos
por siempre. Me había preparado mejor que el mismísimo Noah Centineo en
The Perfect Date. Tenía LA carta, no una cartita. LA CARTA. Con la mejor letra
de mano zurda que ha existido, escrita con varios colores y hasta doblada a la
perfección siguiendo los pasos de un video de youtube que encontré. Quería mostrársela luego
de endulzar un poco la situación, aquí es donde entran los postres en la
ecuación.
Y bueno las cosas estaban marchando genial entre Fran y yo, nos juntamos con sus amigas y yo pensaba (coman, conversen y le entregas LA CARTA). Ahí me di cuenta de su carita. Yo sabía que Fran era dulcera, pero me puso esa carita preciosa que las chicas ponen, como de cachorrito, cuando quieren algo y no se aguantan de la emoción. Sólo tenía que comprarnos un postre, ganarme esos puntos con ella, barriga llena corazón contento y ya… pero nunca es tan fácil. Rápidamente saqué mi dinero y cuando saqué la primera moneda de un sol ocurrió lo inesperado.
La vi deslizarse en cámara lenta y caer de mis dedos justo en el plato de chocolate derretido de las chicas. Y todavía no viene lo peor.
Ya las chicas habían
perdido su elemento más preciado para juntar dinero para su promoción (y estaban
furiosas), pero no subestimen mi habilidad de empeorarlo todo.
Yo, todo inocente,
un poco sonso, chibolo huevón que era... RECOGÍ LA MONEDA (esperen…) La miré
fijamente (ya casi...) Y LA LIMPIÉ EN MI BOCA.
No solamente
las chicas cambiaron su cara porque ahora se encontraban ASQUEADAS, sino que de
reojo podía ver a Francesca roja como un tomate y mirando al piso. Claramente
ese día no me pude declarar, pero al menos mi fe regresó cuando días después me
lo contó con una sonrisa (o burlándose de mí, no lo sé… estaba feliz).
Un mundo sin paltas
Todavía creo
que la mejor manera de llegar al corazón de una mujer es con comida. Es infalible porque: es un buen
detalle, demuestra que le prestas atención (porque recordaste cuál era el cheat
day luego de su dieta) y mientras ambos comen, no puedes decir nada para cagarla. WIN
WIN baby!
Sólo cambiaría una cosa, que ya no sea tan cerca del peligro (o del puesto de comida persé) donde te expones a mil escenarios de torpeza y vergüenza. Prepárale un picnic, lleva las cosas listas para comer, pide un rappi que traiga todo hecho… o al menos paga con tarjeta, que no es tan sucio como chupar una moneda. ¡Qué palta que eres en verdad!
¿Te gustaron las historias palta? Sigue disfrutando de tu visita al paltaverso leyendo otra historia vergonzosa, o averígua qué tan palta eres realizando un quiz paltozo.
-Carlos Espinal
Sólo cambiaría una cosa, que ya no sea tan cerca del peligro (o del puesto de comida persé) donde te expones a mil escenarios de torpeza y vergüenza. Prepárale un picnic, lleva las cosas listas para comer, pide un rappi que traiga todo hecho… o al menos paga con tarjeta, que no es tan sucio como chupar una moneda. ¡Qué palta que eres en verdad!
¿Te gustaron las historias palta? Sigue disfrutando de tu visita al paltaverso leyendo otra historia vergonzosa, o averígua qué tan palta eres realizando un quiz paltozo.
-Carlos Espinal
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